El hombre mejor informado del mundo
En el trayecto que va desde mi casa al trabajo de las mañanas, recorro aproximadamente algo más de cuatro quilómetros que hago andando todos los días de año. Por el camino voy recogiendo, o me van dando, hasta cuatro periódicos gratuitos, cinco los lunes con el deportivo. Por orden de aparición son ADN, Qué!, Metro, 20 minutos y Gol. Además, en un quiosco cercano, me compro un diario de los tradicionales de pago. Siempre me hago el firme propósito de, al menos, ojearme los titulares y algún artículo de fondo, entre la hora del bocadillo y de las necesidades mayores, para comentarlo en los corrillos de la oficina pero la verdad es que, salvo las páginas dónde se anuncian los programas de televisión y el tiempo, poco más leo.
En casa instalamos la televisión digital terrestre, con lo que recibimos veinticuatro o veinticinco canales de televisión más otros nueve o diez de radio, además de cinco o seis locales que no sé si contar porque estos van con niebla incorporada y su emisión no es nítida. Remata la oferta televisiva familiar el Canal Digital que incorpora sesenta canales de televisión (o así) más la oferta radiofónica acoplada a estos (ni sé el número). Lo cierto es que, cuando llego por la noche a casa, sólo me da tiempo a ver mis series favoritas que, para más “INRI”, los lunes y los martes, me simultanean dos por lo que tengo que grabarlas para visionarlas otros días de vacante televisiva.
No hay que olvidar que, en mis ocupaciones laborales, tengo una magnífica (cuando se deja) conexión a “La Red” en la que puedo consultar toda la oferta informativa que quiera, aunque pocas veces la utilizo para eso, sino para leer vuestros diarios, poner algún comentario, escribir un ratito en el mío y fomentar mis relaciones sociales a través de los programas de comunicaciones al uso. Incluso cuando me voy a la cama, escucho algún programa de radio para ver si me entero de lo que pasa en el mundo, pero no suelo pasar del primer corte publicitario.
En resumidas cuentas se podría decir que soy uno de los hombres que mejor podría estar informado en el mundo. Y escribo ‘podría’ porque no es así. No es así porque para saber lo que es de verdad noticia, hay que verse “Aquí hay tomate”, “Salsa Rosa” o “¿Dónde (coño) estás corazón?” por citar algunos de los ochocientos mil programas del corazón que se emiten semanalmente. Y yo, no me los veo. Hay que mirarlos para saber los pormenores del cierre por corrupción del Ayuntamiento de Marbella; del fraude en la Seguridad Social en Jerez de la Frontera dónde habían abierto un supermercado de compra-venta de incapacidades laborales o de la milagrosa recuperación de Rocío Jurado. Así que he tomado la firme determinación de darme de baja de todas esas plataformas digitales, compras de diarios, etcétera y las cambiaré por una suscripción al “¡Hola!”. Me voy a ahorrar un pastón, oiga.
6 comentarios
A Brisa, máximo común múltiplo -
Y no te apenes porque no te regalen periódicos, te enviaré papel albal o un tuperware para que envuelvas bien los bocadillos y, mientras te lo comes, ya te explico yo las noticias... ;-))
Brisa -
Vaa un besito¡¡ ya tenemos algo más en común jaja
Para unjubilado interpretando mucho más que correctamente -
Un saludo Almirante ;-)
Para cielodescubierto corrigiendo errores -
unjubilado -
Desde el barquito que tengo para navegar un saludo.
cielodescubierto -
Y para no ver ná de ná los cotilleos te veo bien puesto, ¿eh?... Ah! se te ha pasado que Inés Sastre se ha casado y Beckham tiene un transtorno obsesivo-compulsivo ( aunque ésto último seguro que ya viene en el Gol o el Marca ) :P
Besos digitalizados ;)